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Talento

06/05/2021

Que si tiene talento para escribir, para cantar, para dirigir, para crear, para componer,… se habla de talento en las escuelas, en el trabajo, en el deporte, en la cultura,… también se dice que debemos encontrar nuestro talento, nuestra “arma secreta” y por hablar del talento, hablan hasta de talento innato, pero vayamos por partes, porque uno de los peores problemas que encontramos como profesores, como padres o como tutores de menores, es confundir este termino tan utilizado.

Primero establezcamos que es talento.

El talento se reconoce como la capacidad que puede tener una persona a la hora de realizar con mucha facilidad y con aptitud una tarea que al resto de las personas no le resulta tan fácil. El talento suele estar asociado a la habilidad innata y a la creación.

Hasta aquí, todo bien, reconocemos a alguien que tiene “talento” en función de la facilidad, soltura o ingenio que tiene cuando realiza una actividad, el problema viene cuando las expectativas del talento se exageran y no se toman en perspectiva.

Talento bien entendido o mal entendido.

Cuando juzgamos y/o opinamos sobre si alguien tiene talento, por ejemplo si nos deja con la boca abierta al realizar algún tipo de actividad, solemos maximizar los halagos y elogios hacia ella, y eso no es malo, es lógico y saludable, nos convierte en personas agradecidas al poder haber visto a alguien con tanta soltura capaz de hacer algo que nos parece sorprendente.

El problema, es cuando en edades infantiles establecemos como talento actividades corrientes, acciones normales que intentamos hacerlas ver como si fueran extraordinarias, generando una falsa nocion del talento que no corresponde con la realidad.

Es obvio que los refuerzos positivos son muy importantes, animar al menor a mejorar, a aplicarse, a esforzarse y valorar su evolución es algo positivo. El mero hecho de hacerlo ya merece reconocimiento, y es algo que debemos fomentar.

Incluso si vemos, que ese menor tiene una habilidad especial, que tiene la semilla de talento que puede hacerle destacar en una actividad en concreto, debemos ser conscientes que todo talento, por muy innato, natural o peculiar que sea, necesitará de tiempo, de sacrificio, de horas y enfoque para llegar a explotar todo el potencial.

Talento vs disciplina.

Existe un libro de Malcolm Gladwell llamado “Outliers. The story of success” cuya traducción se podría transcribir como cuya traducción sería como “Los fuera de serie. La historia del éxito”. El libro describe cómo algunas personas con autoridad lograron tener éxito. Y por eso, el autor analiza la importancia de la cultura, familia, amigos, ancestros y otros factores determinantes en el éxito de sus proyectos. Pero el principal problema abordado es la regla de las 10.000 horas, investigado por los estudiosos.

El autor dice que para alcanzar la excelencia, se debe tener una acumulación de 10.000 horas de práctica, esto quiere decir 10 horas por semana en 20 años, 20 horas por semana en 10 años o 40 horas por semana en 5 años. Tendemos a ser simplista en el análisis, la búsqueda de que el éxito y el ingenio se debe exclusivamente a fallas en la creatividad, pero parece que el reconocimiento tiene que ver más con el sudor que con una buena idea.

Para finalizar, es importante que destaquemos, que por un lado, el talento como habilidad es maravilloso, pero que la disciplina permite a gente que sin tanto talento “natural” pero con mucha pasión, capacidad de sacrificio y dedicación logran destacar en lo que hacen.

Talento

Que si tiene talento para escribir, para cantar, para dirigir, para crear, para componer,… se habla de talento en las escuelas, en el trabajo, en el deporte, en la cultura,… también se dice que debemos encontrar nuestro talento, nuestra “arma secreta” y por hablar del talento, hablan hasta de talento innato, pero vayamos por partes, porque uno de los peores problemas que encontramos como profesores, como padres o como tutores de menores, es confundir este termino tan utilizado.

Primero establezcamos que es talento.

El talento se reconoce como la capacidad que puede tener una persona a la hora de realizar con mucha facilidad y con aptitud una tarea que al resto de las personas no le resulta tan fácil. El talento suele estar asociado a la habilidad innata y a la creación.

Hasta aquí, todo bien, reconocemos a alguien que tiene “talento” en función de la facilidad, soltura o ingenio que tiene cuando realiza una actividad, el problema viene cuando las expectativas del talento se exageran y no se toman en perspectiva.

Talento bien entendido o mal entendido.

Cuando juzgamos y/o opinamos sobre si alguien tiene talento, por ejemplo si nos deja con la boca abierta al realizar algún tipo de actividad, solemos maximizar los halagos y elogios hacia ella, y eso no es malo, es lógico y saludable, nos convierte en personas agradecidas al poder haber visto a alguien con tanta soltura capaz de hacer algo que nos parece sorprendente.

El problema, es cuando en edades infantiles establecemos como talento actividades corrientes, acciones normales que intentamos hacerlas ver como si fueran extraordinarias, generando una falsa nocion del talento que no corresponde con la realidad.

Es obvio que los refuerzos positivos son muy importantes, animar al menor a mejorar, a aplicarse, a esforzarse y valorar su evolución es algo positivo. El mero hecho de hacerlo ya merece reconocimiento, y es algo que debemos fomentar.

Incluso si vemos, que ese menor tiene una habilidad especial, que tiene la semilla de talento que puede hacerle destacar en una actividad en concreto, debemos ser conscientes que todo talento, por muy innato, natural o peculiar que sea, necesitará de tiempo, de sacrificio, de horas y enfoque para llegar a explotar todo el potencial.

Talento vs disciplina.

Existe un libro de Malcolm Gladwell llamado “Outliers. The story of success” cuya traducción se podría transcribir como cuya traducción sería como “Los fuera de serie. La historia del éxito”. El libro describe cómo algunas personas con autoridad lograron tener éxito. Y por eso, el autor analiza la importancia de la cultura, familia, amigos, ancestros y otros factores determinantes en el éxito de sus proyectos. Pero el principal problema abordado es la regla de las 10.000 horas, investigado por los estudiosos.

El autor dice que para alcanzar la excelencia, se debe tener una acumulación de 10.000 horas de práctica, esto quiere decir 10 horas por semana en 20 años, 20 horas por semana en 10 años o 40 horas por semana en 5 años. Tendemos a ser simplista en el análisis, la búsqueda de que el éxito y el ingenio se debe exclusivamente a fallas en la creatividad, pero parece que el reconocimiento tiene que ver más con el sudor que con una buena idea.

Para finalizar, es importante que destaquemos, que por un lado, el talento como habilidad es maravilloso, pero que la disciplina permite a gente que sin tanto talento “natural” pero con mucha pasión, capacidad de sacrificio y dedicación logran destacar en lo que hacen.

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